Alejandro Tantanian
LOS IMPRESCINDIBLES
Una mirada desde el teatro a la obra musical de Bertolt Brecht
Seminario
En su juventud, Bertolt Brecht deseaba convertirse en compositor. En su concepción poética, la música era un mecanismo poderoso para alcanzar el teatro reivindicativo, épico y provocador al que aspiraba. Lo prueba el hecho de que la totalidad de sus casi 600 obras llevan música. Algunas de ellas fueron inolvidables óperas. Bertolt Brecht, absolutamente claro en sus planteos y muy exigente en cuanto a sus expectativas, se asoció con compositores que estuvieron a su altura: fue el caso de Kurt Weill, Hans Eisler o Paul Dessau. ¿De qué se trató en cada caso esta asociación? Sus obras junto a Kurt Weill (Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, La ópera de los tres centavos o Mahagonny Songspiel), tanto como la música de Hans Eisler que acompañó gran parte de su producción teatral, y la música que Paul Dessau compuso para Madre Coraje o El círculo de tiza caucasiano, representan distintos momentos de una obra que, transcurrido ya un tiempo, puede observarse como única, original y con una potencia, que honra las ideas que le dieron origen.